IR 31 COLOMBIA-PERÚ
Bajo Putumayo-Yaguas-Cotuhé
Noviembre 2019
A minutos de Tarapacá, Colombia, un paisaje esmeralda es moldeado por el río Putumayo, sus afluentes (Yaguas, Cotuhé) y numerosos arroyos. El desbordamiento estacional crea un dinamismo en el bosque, conectando lugares que están aislados durante los meses secos. Colombia y Perú crearon Parques Nacionales (Yaguas, Amacayacu y Río Pure) para protegerlo y titularon tierras indígenas en el área (resguardos indígenas en Colombia, comunidades nativas en Perú).
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Más de 5000 personas dependen de la selva. Desde el pueblo ticuna hasta los indígenas que huían de la violencia en el siglo XX y recientemente colonos, como las familias de soldados y los israelitas (una secta religiosa). Todos conectados por sus actividades, donde los límites los determina la estacionalidad de los ríos, y están amenazados por actividades ilegales (mafias, coca, madera y minería) que operan fuera de la ley y genera presión sobre el bienestar de los habitantes y el bosque.
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La integridad del Bajo Putumayo-Cotuhe-Yaguas a largo plazo depende de estrategias coordinadas entre todos los actores y países, que debe ser inclusiva y holística, y basada en una visión de vida digna para todos los habitantes humanos —pueblos indígenas, no colonos indígenas, campesinos, israelitas— en un paisaje de bosques vibrantes, ríos y arroyos saludables, que a largo plazo sostienen algunas de las comunidades de plantas y animales más ricas del planeta.

Foto por Álvaro del Campo